Un fuerte temblor de tierra de 5.9, ocurrido en el norte de Haití, ha despertado el fantasma de la muerte, atemorizando de nuevo a este sufrido pueblo caribeño, el cual ha tenido que sepultar a cientos de miles de personas, en menos de una década, a causa de terremotos, ciclones, enfermedades y la violencia callejera.
El martes 12 de enero de 2010, un terremoto de 7.0 estremeció a Puerto Príncipe, la capital de Haití, destruyó varios pueblos y mató a 316 mil personas, 350 000 más quedaron heridas, y más de 1,5 millones se quedaron sin hogar, lo cual fue calificado como una de las catástrofes humanitarias más graves de la historia, de la que los haitianos aún no se reponen.
Luego del fatídico terremoto del 2010 los haitianos padecieron un brote de cólera, enfermedad que se expandió como un fantasma por el país, dejando cientos de víctimas, las cuales se suman a las dejadas por la furia de los huracanes que cada año azotan a ese empobrecido país.
Ahora, ocho anos después, otro terremoto de menor proporción (5.9) ha vuelto a crear pánico entre los haitianos, un pueblo que carece de estructuras hospitalarias y personal médico adecuado, por lo que sin recursos económicos para sobrevivir necesita manos amigas que acudan en su auxilio.
Los medios internacionales de prensa como www.msn.com y CNN, en inglés, informan que en la ciudad haitiana más afectada por el terremoto del sábado pasado, el personal médico del Hospital de la Inmaculada Concepción
de Port-de-Paix está luchando por tratar a los heridos, e impotente observa que
algunos no lo lograron.
"No solo los médicos y las enfermeras carecen de los
suministros que necesitan, el daño causado por el temblor de magnitud 5,9 el
sábado pasado hizo que las condiciones fueran aún más difíciles.
"Fue realmente difícil para nosotros enviarlos a otro
hospital", agregó Miclaude. "Con el tiempo, algunos murieron
aquí". Indican los cables de prensa
Senalan que hasta el momento, el terremoto se ha cobrado 12 vidas, según
funcionarios haitianos. Ocho de las víctimas murieron en Port-de-Paix.
Miclaude dijo que incluso el domingo, los médicos no tenían
suministros necesarios.
"Los pacientes están comprando medicamentos, guantes,
lo que sea, tienen que hacerlo, a pesar de su trauma y sus hogares
destruidos", dijo.
"Claramente, no estamos listos para tal
catástrofe".
Miedo a las réplicas -
Justo cuando la policía comenzó a restablecer el orden en la
entrada del hospital y llegaron varias cajas de medicamentos del ministerio de
salud, el atisbo de esperanza fue rápidamente destruido por una réplica de
magnitud 5.3, y el caos reinó una vez más.
Tanto médicos como pacientes corrieron a la calle, temerosos
de que parte del edificio pudiera colapsar.
De pie cerca de los colchones en el suelo en el patio, donde
los pacientes recibieron goteras intravenosas, el jefe médico del hospital,
Polycarpe Saaely, dice que espera que haya más ayuda en camino.
"Con todas las réplicas, realmente no podemos quedarnos
adentro, así que estamos construyendo carpas para recibir a los diversos
pacientes que llegan", dijo Saaely.
"Estos edificios se remontan a la ocupación
estadounidense (1915-1934). Evacuamos a dos pacientes del ala quirúrgica porque
el edificio realmente se está desmoronando".
De hecho, el edificio estaba completamente vacío: el techo
se había derrumbado en varios lugares.
A medida que avanzaba el domingo, los residentes siguieron
el desfile de ambulancias que llegaban, sus sirenas sonaban a todo volumen, y
luego se dirigían al hospital privado ubicado a unos 30 minutos en automóvil.
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